Contagio emocional

Cuatro maneras de protegerse emocionalmente a sí mismo y a sus hijos

En estos momentos, todos intentamos evitar contraer enfermedades. Como sociedad, cada vez somos más conscientes de los gérmenes y de cómo los propagamos, para poder vivir con conocimiento de causa. Al igual que los gérmenes y los virus, también propagamos otra cosa: nuestras emociones. Las investigaciones demuestran que nuestras emociones personales a menudo se ven influidas por las de quienes nos rodean, lo que llamamos contagio emocional.

Por lo tanto, si estamos rodeados de personas tranquilas, juguetonas y felices, nosotros mismos tenderemos a estar más tranquilos, juguetones y felices. Pero si estamos rodeados de personas ansiosas, temerosas o enfadadas, podemos experimentar rápidamente esas mismas emociones.

Estrés en el supermercado

Por ejemplo, el otro día iba conduciendo por la ciudad con mi familia con las ventanillas bajadas y tocando música cantando juntos. Era precioso, todos sonreíamos. Decidimos hacer una parada rápida en la que la familia esperó en el coche mientras yo entraba a coger algunas cosas. Me di cuenta de que, mientras cargaba mi carro de la compra, la gente que estaba cerca de mí discutía por la falta de artículos en la tienda. El mero hecho de presenciar esa interacción me hizo sentir un poco más ansiosa. Mientras recorría los pasillos con mayor ansiedad, me volví sensible al comportamiento de los demás. Me preocupaba que alguien pudiera coger algo de mi carrito. Hace apenas unos minutos, estaba feliz alabando a Dios y ahora me encuentro en una tienda preocupada por si alguien coge algo de mi carrito. Mientras salía de la tienda con la compra a cuestas, respiré hondo pensando: "Vaya, me alegro de no haber entrado allí en familia".

Como padre, quiero proteger a mis hijos de ese estrés, pero ahora, al salir de esa tienda, llevo ese estrés conmigo. ¿Cómo los protejo del estrés que yo tengo?

Puede resultarnos muy fácil pasarnos el día consumiendo medios de comunicación sobre el COVID-19 con la esperanza de mantenernos informados, pero eso no nos ayudará a reducir la ansiedad ni a limitar el estrés.

He aquí cuatro formas prácticas de protegerse emocionalmente a sí mismo y a sus hijos:

1. Recuerda los hechos:
   • No, no estoy hablando de datos sobre el COVID-19 ni de porcentajes de personas infectadas. No estoy hablando de cuánto te has aprovisionado ni de ninguna otra circunstancia. El hecho al que me refiero es la verdad más importante que no cambia. Dios, el creador de todo, nos sostiene. Tómate un tiempo para leer el Salmo 46. Lees al salmista experimentando algunas circunstancias aterradoras (los océanos rugen, las naciones rugen, la tierra se derrite) pero él se recuerda a sí mismo que "El SEÑOR Todopoderoso está con nosotros..." Más tarde Dios dice: "Estad quietos y sabed que yo soy Dios; seré exaltado entre las naciones". Más grande que los hechos de nuestras circunstancias es la verdad inmutable de que Dios tiene el control y nos ve. Él sabe lo que estamos experimentando. Echa un vistazo a estos versículos:
   • "Sé que todo lo puedes, y que ningún propósito tuyo puede ser frustrado". Job 42:2
   • "¿Quién ha hablado y ha sucedido, si el Señor no lo ha ordenado? ¿No sale de la boca del Altísimo lo bueno y lo malo?". Lamentaciones 3:37-38
   • "El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él bondadosamente todas las cosas?". Romanos 8:32
   • "Yahveh está en su santo templo; el trono de Yahveh está en el cielo; sus ojos ven, sus párpados prueban a los hijos del hombre". Salmo 11:4
   • "Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados". Romanos 8:28
2. Examínate a ti mismo: Mientras consideras la verdad de que Dios es todopoderoso y cuida de ti y hará todas las cosas para nuestro bien, te animo a que eches un vistazo a tus pensamientos y emociones y examines si estás viviendo de acuerdo con las verdades anteriores. En el Salmo 139, cuando David reflexiona sobre cómo Dios lo conoce íntimamente, reza esta oración: "Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón. Examíname y conoce mis pensamientos. Mira si hay en mí camino de pecado, y guíame por el camino eterno". Salmo 139:23-24
3. Enfoque su ansiedad: En medio de nuestra situación de ansiedad, ¿a cuántos de nosotros nos gustaría cambiar nuestra preocupación por un poco de paz? Haríamos bien en seguir la respuesta de Dios a la ansiedad en Filipenses 4:5-7: "El Señor está cerca; por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús."
4. Deja que la alegría y la paz sean tu soplo de aire fresco: ¿Te diste cuenta de lo que hice al salir de la tienda? Respiré profundamente. Respirar profundamente es una de las cosas más importantes que puedes hacer intencionadamente cuando estás estresado. La respiración profunda cambiará la química de su cerebro y puede reducir su ansiedad. Segunda de Timoteo 1:7 dice: "Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio". La última palabra del versículo "sophronismos" se traduce como diafragma fuerte. Dios sabía que la base para tener una mente tranquila y sana era la respiración. Dios nos dio poder, amor y la habilidad de respirar profundamente.

Así que, al recordar la verdad acerca de Dios, examínate a ti mismo, apunta a tu ansiedad, e inhala profundamente las verdades de Dios, y podrás llenarte de la paz de Dios. Esto es algo que tenemos que difundir un poco más.

"Que el Dios de la esperanza os llene de todo gozo y paz en la fe, para que, por la fuerza del Espíritu Santo, abundéis en esperanza." Romanos 15:13

Artículo escrito por Brandon Jones, MAPC, TAD, LAC
Terapeuta infantil y familiar, Christian Family Care