Encontrar el equilibrio en un momento extremo

Responder y reaccionar en tiempos de crisis

El equilibrio parece tan difícil de alcanzar hoy en día, ¿verdad? En todo el mundo suceden cosas extremas y todo cambia rápidamente. En la Intervención Relacional Basada en la Confianza (TBRI), hacemos hincapié en la importancia de equilibrar la crianza con la estructura. Entendemos que cuando nos inclinamos demasiado hacia un lado u otro, privamos a nuestros hijos de oportunidades críticas. Buscamos el equilibrio en nuestras propias vidas porque reconocemos que un extremo u otro es inútil, agotador o incluso peligroso. Sin embargo, a menudo es difícil encontrar el equilibrio adecuado, por mucho que comprendamos o incluso prescribamos la creencia de su importancia.

Actuar por instinto

En las últimas semanas, hemos visto a amigos, familiares, vecinos y compañeros de trabajo reaccionar de diversas maneras, algunas de las cuales tienen sentido para nosotros, y muchas otras nos hacen rascarnos la cabeza con asombro. Aunque parezcan ilógicas, sus acciones son instintivas. Son las estrategias que Dios nos ha dado para mitigar el miedo a sufrir daños. Las amenazas a nuestra seguridad personal -ya sea nuestra salud, alimentar a nuestra familia o limpiarnos el trasero- hacen que nuestro cerebro responda con una reacción de lucha, huida o congelación. ¿El asalto a la tienda de comestibles? Lucha. ¿Los que ignoran todas las recomendaciones de las autoridades locales y federales? Huida. O quizá lucha. ¿Los ataques de ansiedad y la incapacidad de reaccionar? Congelación.

¿Qué equilibrio se necesita en este momento? Un equilibrio de alarma y calma, de preocupación y seguridad, de uno mismo y los demás, de diversión y educación, etcétera. Entonces, ¿cómo creamos un equilibrio y anulamos nuestros instintos?

Sé intencionado. El equilibrio no surge por casualidad. Tenemos que planificar y tomar decisiones difíciles si queremos encontrar el equilibrio. Planifica tus comidas (y las alternativas si no dispones de ciertos ingredientes) antes de ir a la tienda. Programa una alarma en tu teléfono cada 30 minutos y llama a un amigo, sal al jardín, baila con tus hijos... lo que puedas hacer para aliviar el estrés de tu cuerpo y tu mente.

Establece límites. Hazlo por ti. Vale, y por los niños, pero en realidad, ¡esto es por ti! Apaga las fuentes de las que recibes las noticias al menos dos horas antes de acostarte. A lo largo del día, ponte límites. Comprométete a estar pendiente de las noticias sólo 5 minutos por la mañana, por la tarde y por la noche. Si esto significa no utilizar las redes sociales, conecta el teléfono para cargarlo y desactiva las notificaciones de las redes sociales. ¿Trabajas desde casa? Establezca su horario de trabajo y comuníqueselo a su familia. Con nuestro contacto electrónico constante, es fácil trabajar desde que se abren los ojos hasta que se cierran por la noche. Necesitas un descanso, y tu familia te necesita a ti.

¿Realidad o sentimiento? Cuando te sientas preocupado, abrumado, asustado o ansioso, detente, respira hondo (o tres) y pregúntate si los pensamientos se basan en hechos o en sentimientos momentáneos. Las situaciones estresantes provocan muchos sentimientos diferentes y nuestra respuesta al estrés está impulsada por el miedo. Sin embargo, este miedo no siempre está justificado. Al igual que cuando doblamos la esquina y nos sobresaltamos al ver a una persona que no esperábamos al otro lado, nuestro cerebro interpreta mal las señales todo el tiempo. Si a esto añadimos que las emociones son contagiosas, es decir, que adoptamos de forma natural las respuestas emocionales de quienes nos rodean, no es de extrañar que ahora mismo nuestra respuesta de miedo se active muchas veces a lo largo del día.

En estos tiempos sin precedentes, todos estamos aprendiendo a dar lo mejor de nosotros mismos en un territorio desconocido. Encontrar el equilibrio consiste, en última instancia, en cambiar constantemente nuestro enfoque y nuestra energía de un extremo a otro. Cuando te encuentres demasiado inclinado hacia un lado, respira hondo, vuelve a centrarte y sigue avanzando.

Si necesita apoyo adicional, Christian Family Care está aquí para ayudarle. Póngase en contacto con nosotros para ver cómo nuestro equipo de expertos puede apoyarle a usted y a su familia en estos momentos.

Artículo escrito por Michelle Lunka, MS, LAMFT, TBRI Practitioner
Terapeuta infantil y familiar, Christian Family Care

Haz un regalo que cambie tu vida

Ayudar a un niño maltratado o abandonado a recibir amor y cuidados en una familia centrada en Cristo.

Seleccione el importe de su donación

Mantente conectado

Recibe lo último de Christian Family Care para ver vidas jóvenes transformadas.

es_MXES