¿Qué hay en un nombre?

¿Qué hay en un nombre?

Para los niños en acogida, puede ser su única conexión duradera con su familia biológica. También puede ser un doloroso recuerdo de un pasado que les gustaría dejar atrás. Ese fue el caso de John, de 19 años, que ya no consideraba a sus padres biológicos como su "familia". Ya no quería esa conexión con sus padres. Al fin y al cabo, su familia de acogida había tenido un impacto más positivo en su vida que sus padres biológicos. Por eso, cuando John volvió a Tucson de permiso militar, pidió cambiar legalmente su apellido por el de su familia de acogida.

Kelley y su marido, John Sr., son padres de acogida en Arizona desde hace más de una década y cada niño acogido ocupa un lugar especial en su corazón. Pero no todas las colocaciones han sido fáciles. Cuando John, de 12 años, llegó a su casa en 2011, lo hizo con mucha rabia y resentimiento. No hubo luna de miel con John. Los comportamientos difíciles comenzaron de inmediato, especialmente en la escuela. Se mostraba desafiante, molesto, insultaba a los profesores y abandonaba el aula por frustración. Aun así, Kelley y John padre supieron ver más allá de la ira y se dieron cuenta de que su corazón necesitaba sanar y que necesitaba cariño. Estuvieron a su lado en los problemas de la escuela, las crisis en casa y los arrebatos de ira.

"El director de John me preguntó por qué le apoyaba con tanta lealtad y yo le respondí que podía ver el bien en su corazón. No teníamos ninguna duda de que Dios tenía una razón para que fuéramos padres de John y con cada día que pasaba, nuestra relación empezó a construirse." - Kelley

John vivió muchas primeras experiencias con su nueva familia: su primera tarta de cumpleaños, sus primeros regalos de Navidad y su primera fiesta. Cuando John se graduó en el instituto, cumplió 18 años y se embarcó para el entrenamiento básico, todo en el mismo mes, así que su familia le organizó su primera fiesta para celebrar su próxima aventura.

"Era como un niño pequeño, tan emocionado por 'su' fiesta, pero la tristeza en mi corazón era que este joven se iba al ejército a luchar por nuestro país y estaba celebrando su primera fiesta. Quería abrazar al niño que llevaba dentro porque sabía que unos días más tarde emprendería un viaje diferente". - Kelley

John por fin se sintió miembro de una familia. Sabía que su familia de acogida siempre estaría a su lado y le querría incondicionalmente. Por eso, cuando John volvió del servicio militar de permiso, se reunió con su familia y les preguntó si podía llevar oficialmente su apellido. Dios utilizó a esta familia para ayudar a John a convertirse en el joven cariñoso y trabajador que es hoy. Un joven que está decidido a ser el mejor médico del ejército y a pasar su vida sirviendo a los demás. Lo mejor de todo es que siempre tendrá una familia con la que volver a casa.